Con la modernización y actualización constantes de los procesos de gestión surgen nuevas técnicas de Gestión y otras son mejoradas a diario.
Para pasar cualquier actividad a alguien, en primer lugar es necesario tener dominio sobre el tema y conocer los posibles escenarios que aún se encuentran pendientes, tales como los riesgos. Mientras no tengamos este control, no podemos bajo ninguna circunstancia pretender que alguien venga a hacer el trabajo, porque aún no hay suficiente madurez y conocimiento.
¿Cómo resolver esto? Capacitando a los líderes con enfoque en las personas, gestión y autoconocimiento. Cuando el “gestor” conoce de forma detallada su trabajo, las necesidades del cliente y está estratégicamente alineado con la empresa, está listo para el segundo gran paso de su carrera: conocer sus debilidades, sus cualidades y cuánto puede y debe colaborar con su equipo para alcanzar sus metas. Si nos fijamos en un organigrama, un buen líder se ubica en la parte inferior y no superior. Es una referencia para el equipo, sabe al respecto de todo, conoce y responde a todo, tiene carisma y la confianza de sus colegas, líderes y de su red de relaciones.