- Gestión de la integración – Es el cambio en la forma de documentación del proyecto, planificando a partir de diagramas. De esta manera, la ejecución no debe alejarse mucho de lo que se había previsto. Si el administrador cambia demasiado su dirección, es porque hay algo equivocado desde su punto de vista.
- Gestión del alcance – La diferencia entre lo ágil y lo tradicional está en la perspectiva. Se debe tener en cuenta siempre que el alcance puede variar en cualquier momento. Por ejemplo, muchas veces lo que fue definido inicialmente puede dejar de ser lo que el cliente necesita, o bien la solución para un problema puede ya no ser la mejor.
- Gestión del tiempo – En la gestión ágil se trabaja con tiempos fijos establecidos para cada período, sin embargo esta definición es utilizada principalmente como orientación, ya que no es posible predecir cuál será el mejor momento para llevar a cabo una etapa del proceso en el futuro.
- Gestión de la Calidad – No existe una persona externa al equipo para llevar a cabo las pruebas de calidad del producto entregado: en la metodología ágil todos son responsables por la calidad del software.
- Gestión de Recursos Humanos – Todos son responsables por el éxito y el fracaso. La motivación y el estímulo del equipo se reflejan directamente en los resultados.
- Gestión de Riesgos – En el SCRUM todo está orientado para reducir al mínimo los riesgos. Las reuniones periódicas y la orientación en la planificación son indispensables para la evolución de los proyectos.
Siguiendo estos consejos los PMOs tendrán una mayor capacidad para innovar y realizar mejoras continuas en su trabajo. Deja de ser necesario que el administrador esté diciendo continuamente cómo deben actuar las personas y el trabajo en equipo cobra cada vez más importancia. Todos los participantes dependen unos de otros para que el trabajo sea realizado y entregado de la mejor manera posible.