¿Cómo ser un líder?

Existen muchos tipos de liderazgo; tantos como contextos donde poder desarrollar cada uno de ellos. Hay dos cuestiones importantes que me gustaría aclarar inicialmente; por un lado, entiendo el liderazgo como algo intrínseco a la persona que lo pone en práctica independientemente de su edad, sexo, educación o cultura. La segunda reflexión importante es que, desde mi punto de vista, cualquier acción de liderazgo, ya sea consciente o inconsciente, va a verse sometida a una serie de factores extrínsecos que condicionarán cuestiones esenciales como motivación, logros, resonancia, metas, clima… entre otras.

Goleman, Boyatzis y McKee en su libro “El líder resonante” señalan la importancia de las emociones y cómo, su aprovechamiento, puede ayudar a crear organizaciones emocionalmente inteligentes. Clasifican los diferentes estilos de liderazgo basándose en la consecución de objetivos y en las emociones que subyacen por el camino; destacando dos factores importantes comunes a cualquier estilo de liderazgo.

  • La disonancia que funcionan como un conjunto de acciones que son percibidas con tensión; razón por la cual, una acción disonante tiende a ser rechazada. La tensión que crea la disonancia «pide» psicológicamente su resolución aunque en la mayoría de casos nunca llega a solucionarse derivando en una crisis.
  • La resonancia la podemos definir como un conjunto de acciones que acompañan a una principal y consiguen potenciarse unas a otras haciendo que la suma de las partes sea más que el todo.

De esta forma, podríamos considerar al líder resonante como aquel que genera emociones positivas resonantes manteniéndose en sintonía con quienes lo rodean sin perder de vista los resultados.

Resumo a continuación a grandes rasgos los estilos de liderazgo que destacan Goleman, Boyatzis y McKee, basándose en los parámetros anteriores:

  • Liderazgo autoritario. Es quizá el menos resonante de todos. El poder, la fuerza y el gobierno residen en una única figura. Sólo recomendable para situaciones críticas.
  • Liderazgo democrático. El líder no aporta ningún valor añadido y delega en el equipo todas las decisiones. Suele ser un estilo de liderazgo para acciones concretas, ya que los líderes siempre tienen valor que aportar, ya sea de tipo estratégico, técnico, de conocimiento, etc.
  • Liderazgo afiliativo. Pone en el centro a las personas lo que ayuda al líder a mantener una buena relación con el equipo. Este tipo de liderazgo a menudo puede hacer perder el foco de los objetivos, por este motivo puede que no sea el estilo más resonante. Pero se suele utilizar cuando llegas a un equipo nuevo o para recuperar el clima en un equipo.
  • Liderazgo timonel. Aquí el líder dicta, monitoriza y corrige posibles errores. Determina el rumbo y marca un ritmo e intenta que se mantenga. Es un liderazgo de los más utilizados y resulta muy efectivo si lo que queremos es fomentar el desarrollo del talento.
  • Liderazgo coaching. El líder coach hace que el equipo se cuestione su forma de trabajar facilitando una mejora continua tanto grupal como individual.
  • Liderazgo visionario. Es el más resonante porque el líder trata transmitir motivación y fidelidad gracias a su visión inspiradora, empatía y compromiso. Los líderes de este tipo suelen ser capaces de mover a muchas personas en torno a un objetivo común y crear sentimiento de equipo.

Después de leer el libro y de contrastarlo con algunas situaciones vividas he podido comprobar que, un factor clave para potenciar la resonancia en cualquiera de los estilos de liderazgo, es la honestidad. La honestidad expresa tanto el auto-respeto como el respeto a los demás. Es un compromiso con el conocimiento y la comprensión de la verdad; una responsabilidad permanente con la verdad liderando desde la verdad.

Estoy convencido que cualquier persona, en determinadas circunstancias, tendrá que poner en práctica algún tipo de liderazgo, bien sea como jefe, amigo, compañero, padre…. Cuando eso suceda estaría bien que mantuviera altos los niveles de honestidad, para lo cual le podría resultar útil tener a mano alguno de estos consejos:

Sinceridad con uno mismo. Los líderes de los que más he aprendido se esforzaron más en el crecimiento y en el progreso que en la perfección. Se sincero contigo mismo hasta que tengas un dibujo realista de dónde te encuentras y a donde quieres llegar. Ten el valor necesario para entender que cada minuto que dedicas a pensar en los triunfos o derrotas ajenas es un minuto que te aleja de tus objetivos.

Sinceridad responsable. Las personas creen que es sencillo hacerse responsable de lo que eres y de lo que haces, pero no es una tarea fácil. A menudo los factores externos nos juegan malas pasadas y ponen en peligro nuestra confiabilidad. Deberás ser cuidadoso con la verdad incluso en cuestiones aparentemente insignificantes, porque será una muestra de que eres digno de confianza también para otras cuestiones de mayor importancia.

Rígete por tus valores. Para llegar a conseguir una buena reputación fundada en la autenticidad y la honestidad necesitas llegar a través de tus valores. Si lo consigues, todo el mundo percibirá tu integridad y entenderá el significado de cada una de tus palabras en cualquier contexto. Te convertirás en un resorte para otros, fomentando aspectos imprescindibles para cultivar el liderazgo resonante como pueden ser la empatía, la sincronía, la cooperación, la afinidad, la solidaridad… Una última reflexión a modo de resumen de este punto es que lo verdaderamente importante es en quien te conviertes mientras buscas lo importante.

Liderazgo interior: La honestidad empieza dentro de nosotros mismos, nos permite aprovechar mejor los recursos que poseemos de forma natural y dirigir todo lo que hacemos hacia nuestros objetivos. Un líder resonante entiende perfectamente lo que es, lo que puede llegar a ser y lo que nunca será. Hay un proverbio hindú que dice: “No hay nada noble en ser superior a otros. La verdadera nobleza radica en ser superior a tu antiguo yo”.

Me gustaría cerrar volviendo sobre una idea que os comentaba anteriormente; la honestidad expresa respeto por uno mismo y por los demás. Esta actitud siembra confianza en uno mismo y en aquellas personas que comparten circunstancias. Ser honesto es ser real, es ser genuino, auténtico, objetivo. Por esto creo que la honestidad puede ser uno de los ingredientes más importante para cualquier estilo de liderazgo citados anteriormente. Si eres un líder autoritario necesitas ser honesto, si eres un coach necesitas ser honesto, si practicas un tipo de liderazgo visionario necesitas ser honesto… la honestidad es la base para la resonancia.

El respeto se gana, la confianza se gana y la lealtad se devuelve.